Lo tenías muy claro desde el embarazo. Habías leído que la lactancia materna es lo mejor para tu bebé. Lo han comentado también en el curso de preparación al parto. Te habían explicado que todas las mujeres pueden dar el pecho. Te habías preparado, quizás hasta habías ido a un grupo de lactancia. Pero ha nacido tu bebé y está siendo difícil, la lactancia no funciona como esperabas.
O quizás simplemente dabas por hecho que la lactancia materna es lo mas natural y ni te habías planteado que pudiera suponer tantas dificultades.
Poco se habla de lo difícil que puede ser para una madre cuando la lactancia no funciona. De lo incomprendida y sola que puedes llegar a sentirte.
EL PROFUNDO DOLOR DE UNA LACTANCIA QUE NO ESTA YENDO COMO ESPERABAS
No conozco ninguna madre que no quiera lo mejor para sus hijos. Todas queremos lo mejor para nuestros hijos.
Al utilizar este adjetivo para definir la lactancia materna ponemos un peso enorme sobre la lactancia y sobre las mujeres que desean amamantar. El amamantamiento es la estrategia que desarrolló la naturaleza para la crianza de los bebés humanos. Ni mas, ni menos. No hace falta definirla en relación a nada mas.
Justamente por eso, cuando no va bien, duele tanto. No solo porque es lo recomienda la OMS, ni porque es «lo mejor». Tampoco por sus beneficios. Todo esto suma, pero sobre todo duele porque es algo ancestral. Eres tu, es tu cuerpo.
Cuando hay dificultades con la lactancia, y aunque intentas por todos los medios a tu alcance y haces un gran esfuerzo no ves los resultados que esperas, puedes sentirte realmente hundida. Es una situación que puede llevarte a un lugar emocional muy oscuro, siendo incluso factor de riesgo para desarrollar una depresión posparto.
Puede que te sientas culpable, que creas que esto te sucede porque no te preparaste lo suficiente o porque tu no lo estás haciendo bien. Que te enfades contigo misma y con tu cuerpo. Probablemente pienses que «todas pueden» menos tu. Quizás sientes pena por tu bebé, por no poder darle «lo mejor». O por no estar viviendo esa «conexión tan especial».
Tal vez tienes miedo de no poder vincularte con tu bebé. O sientes vergüenza, te sientes incapaz o insuficiente. No te atreves a mirarle a los ojos. Quizás te sientes juzgada por tu entorno, por no haber intentado lo suficiente, por no tener paciencia, por no confiar… o por tener demasiada paciencia, confiar demasiado y seguir intentándolo con todas tus fuerzas. Puede que te plantees que no deberías haber sido madre.
Así de duro puede ser. Afortunadamente no todas las mujeres lo viven de esta manera. Pero si estás leyendo este post es probable que te sientas o te hayas sentido de esta manera en algún punto de tu camino con la lactancia. Si estás ahí, quiero que sepas que no eres la única y que no estas sola. Y también que se puede salir adelante.
¿QUE PUEDES HACER SI TU LACTANCIA NO FUNCIONA?
ACEPTA LA SITUACION. DEJA DE LUCHAR
Aceptar, según la Real Academia Española, es recibir voluntariamente o sin oposición lo que se da, ofrece o encarga. Observa tu lactancia, no la juzgues. No esta bien ni mal, simplemente es así en este momento. Tu lactancia no te define.
No luches por tu lactancia soñada. La lucha surge del miedo, luchamos cuando nos sentimos amenazadas. Estas luchando cuando pones la lactancia por delante de todo. Incluso por delante de ti misma y de tu bebé. Si luchas, no conectas. Cuando luchas, tu sistema nervioso está en alerta y tus respuestas biológicas de estrés están activadas. Y desde ahí es muy difícil que la lactancia funcione.
Aceptar y dejar de luchar no significa abandonar ni resignarse. Significa observar lo que es sin juzgarlo y amarte ahí, en ese lugar de vulnerabilidad. Observar donde estás y hacia donde quieres caminar. Hablarte con amor y de forma compasiva. Y desde este lugar de aceptación y paz interior puedes hacer el trabajo necesario e ir avanzando en TU CAMINO. No en el que esperabas, no en el que debería ser, en el tuyo.
ENCUENTRA UNA RED DE APOYO
Si tu lactancia no funciona, no te sientes comprendida y apoyada en tu entorno, busca activamente una red de apoyo. Si tienes un grupo de lactancia en tu zona, acércate. En España puedes contactar con los grupos de la Liga de la Leche, que dan apoyo gratuito. Puedes preguntar en tu centro de salud o hablar con tu matrona.
Busca grupos de madres, donde puedas compartirte y sentirte arropada. Otras madres podrán entenderte y darte apoyo. Conocerás otras experiencias y verás que, de una forma o de otra, todas pasamos por diferentes dificultades al inicio de la maternidad. Si en tu región no encuentras ningún grupo puedes unirte a algún grupo online.
Valora que tipo de apoyo mas práctico y no relacionado directamente con la lactancia puedes necesitar en tu día a día y pídelo. ¿Necesitas ayuda con las tareas de casa? ¿Necesitas descansar mas? ¿Te iría bien ayuda con el cuidado de otros hijos? En general la gente que te rodea está deseando poder ayudar y no sabe como hacerlo.
REVISA TUS EXPECTATIVAS
¿Esperarías que un bebé que se pone de pie por primera vez camine ya durante todo un día, equilibrado y seguro, sin caerse ni una vez? ¿Esperarías que la primera vez que un niño tiene en su mano una raqueta de tenis sea capaz de jugar y ganar un torneo profesional? Estoy segura de que no. En estos casos entendemos como algo obvio que hay un proceso, que incluye el error como parte fundamental del aprendizaje.
Con la lactancia debería funcionar de la misma manera. Al inicio, no importa si se trata de tu primer hijo o del quinto, eres una mamá recién nacida de este bebé. Has de aprender a conocerte y a conocerle, han de entenderse y encontrarse los dos, y es un proceso en el cual el error forma parte del camino.
El amamantamiento es instintivo y a la vez aprendido. En nuestra sociedad actual, es común que llegue el momento de tener a tu bebé en brazos por primera vez y que no hayas visto nunca a una mujer amamantando. Que no hayas vivido de cerca la experiencia de convivir con un bebé. Entonces el referente cultural que tenemos de lo que significa tener un bebé y amamantar está formado por la imagen que esta experiencia tiene en nuestra cultura, y no suele ser basada en una narrativa hecha por madres precisamente.
Esta distancia entre lo que esperábamos y la realidad es causa de sufrimiento. Por eso revisar y reajustar las expectativas en relación a la lactancia puede ayudarte a sentirte mejor y vivir el proceso de otra manera.
BUSCA AYUDA PROFESIONAL
Lamentablemente, no siempre es fácil encontrar profesionales formados en lactancia que puedan ayudarte. Muchas veces en esta búsqueda te encuentras con consejos contradictorios y eso lo hace todo mas difícil.
Si estas pasando un momento difícil con la lactancia, vuestra lactancia no funciona y no entiendes por qué, si te gustaría vivir la experiencia de otra manera, busca apoyo profesional. Una consulta de lactancia, donde se valore toda vuestra historia clínica y la evolución que han tenido hasta ahora puede marcar la diferencia, ayudándote a entender y avanzar en tu camino con serenidad, calma y conexión con tu bebé. Puedo acompañarte en tu camino.
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